La tuberculosis es una enfermedad infecciosa, muy contagiosa, causada por una bacteria, aunque se puede prevenir y curar. Afecta principalmente a los pulmones, pero también puede implicar otras partes del cuerpo, como los huesos, las articulaciones, los riñones o el cerebro.
La tuberculosis es la infección más frecuente en el mundo, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una epidemia mundial. Aunque se trata de una emergencia mundial, se producen más casos en los países en vías de desarrollo debido a que hay un menor control de la enfermedad.
La mayoría de las personas (90 – 95%) que entran en contacto con la bacteria de la tuberculosis (infección primaria), no desarrollan la enfermedad, ya que su sistema inmunitario las controla de forma inmediata. Solamente en el 5 – 10% de las personas infectadas, las bacterias empezarán a multiplicarse y causarán enfermedad (infección activa).
Las personas con un sistema inmunitario debilitado tienen más probabilidades de que una infección primaria o una infección latente evolucionen a una infección activa. Se trata de personas que presentan:
Tu médico o médica pedirá la realización de diversas pruebas para hacer el diagnóstico. La persona infectada de tuberculosis muestra alteraciones en la radiografía, pero dado que estas anomalías son similares a las de otras enfermedades, se necesitan otras pruebas, como la de la tuberculina o el examen de esputo, para llegar al diagnóstico definitivo.
La prueba de tuberculina o prueba de Mantoux o PPD consiste en inyectar una pequeña cantidad de tuberculina (proteína derivada de la bacteria de la tuberculosis) en el antebrazo y comprobar al cabo de 2 o 3 días qué reacción ha provocado. Si en el lugar de inyección aparece una inflamación firme al tacto y de cierto tamaño, significa que en algún momento hemos sido infectados por la tuberculosis. No indica si la infección es activa en ese momento.
En caso de que cuentes con alguno de los factores de riesgo para la progresión de la enfermedad de la fase latente a la fase activa pregunta a tu médico si requieres alguna prueba adicional.
¿Qué es el citomegalovirus?
El citomegalovirus (CMV) es un virus muy común. Por lo general, las personas contraen la infección antes de cumplir 2 años o durante la adolescencia, y son portadores del virus de por vida (por lo general en un estado latente o inactivo).
Muchas personas están infectadas por el CMV y ni siquiera lo saben debido a que el virus rara vez provoca síntomas y, por lo general, no provoca problemas a largo plazo. Sin embargo, el CMV puede provocar problemas en las personas que tienen sistemas inmunitarios débiles y en un recién nacido si la madre contrae la infección durante el embarazo.
¿Cuáles son los síntomas del CMV?
Por lo general, el CMV no provoca síntomas o solo provoca síntomas leves. Algunas personas tendrán síntomas similares a los de la mononucleosis. Las personas que tienen sistemas inmunitarios debilitados debido a afecciones como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o debido a que han recibido un trasplante de órgano y están tomando medicamentos inmunodepresores podrían tener síntomas graves. Los síntomas de CMV grave incluyen:
¿Cómo sabrá mi médico si tengo el CMV?
El CMV se diagnostica con un examen del tipo reacción en cadena de polimerasa. Si usted tiene algún factor de riesgo para desarrollar la infección su médico podría solicitarle el examen. Es muy importante que, ante la sospecha de infección, se realice la prueba en un laboratorio de referencia donde el proceso sea expedito ya que el retraso en los resultados puede ocasionar a su vez una demora en el tratamiento.
Es posible que le realicen una prueba para detectar si tiene una infección por el virus de Epstein-Barr (VEB) si presenta síntomas de infección tales como fatiga, fiebre, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos o inflamación del bazo. El VEB es una causa común de mononucleosis infecciosa.
Muchas personas están infectadas por el VEB y ni siquiera lo saben debido a que el virus rara vez provoca síntomas y, por lo general, no provoca problemas a largo plazo. Sin embargo, el VEB puede provocar problemas en las personas que tienen sistemas inmunitarios débiles
Esta prueba detecta la presencia del virus de Epstein-Barr por medio de reacción en cadena de polimerasa. Para esta prueba, se extrae una muestra de sangre. Por lo general, para extraerla, se introduce una aguja en un vaso sanguíneo, aunque también se puede realizar en tejidos de biopsias que obtenga su médico. Posiblemente le tomen una muestra cuando comience a notar los síntomas.
Consulte a su médico o pregunte en el departamento donde se realiza la prueba acerca de lo siguiente: